Por Silvia Estrems.
La remuneración comporta muchos aspectos - se puede leer este estudio sobre compensación y remuneración para tener una visión global - que deben
estar perfectamente alineados para obtener una remuneración eficiente.
Una remuneración es eficiente cuanto motiva al que la recibe
a contribuir al éxito de la empresa. Algunas (pocas) empresas tienen muy
interiorizada la palanca fenomenal que puede llegar a ser una remuneración bien
diseñada. Por lo que he observado, las que
suelen tenerlo bien atado tienen en cuenta las 3 claves para definir las reglas
de una remuneración eficiente:
1 - Tener una
estrategia clara para la empresa.
¿Qué se quiere para la empresa? ¿Crecer? ¿Ser referentes?
¿Posicionarse en un nuevo mercado? ¿Ser más eficientes?
¿Tenemos claros los parámetros concretos de lo que se
quiere? ¿Crecer – cuánto? ¿Cómo se concreta “ser referentes”? ¿Qué demuestra
que nos hemos posicionado en el nuevo mercado? ¿En qué debemos mejorar – cómo
se mide la eficiencia?
Si la estrategia no es clara (y comunicada), difícilmente
podremos definir metas concretas. Son estas metas las que permiten definir los parámetros remunerativos: ¿Valoramos
el crecimiento? ¿Valoramos las cuotas de nuevo mercado? ¿Compartimos beneficio?
2 - Tener en cuenta el
factor mundo:
Según de qué mundo es nuestra empresa, vamos a tener una
postura diferente sobre el reconocimiento:
qué queremos que sea reconocido y cómo. Por ejemplo: una empresa del mundo
industrial puede querer ser reconocida por su trabajo, una empresa del mundo
inspiración por sus innovaciones y una empresa del mundo mercantil por sus
resultados obtenidos en el mercado.
El reconocimiento basado en la remuneración tendrá mejor
impacto en una empresa mercantil. Esto no significa que en los otros casos no
tiene importancia, ni mucho menos. Pero seguramente que se tendrá que reforzar
con otras formas de reconocimiento (salir en la foto para una empresa opinión,
formación por una empresa doméstica, por ejemplo).
3- Tener una política
salarial simple y adaptada al momento:
Más vale una remuneración basada en la obtención del
objetivo común de la empresa que una
multiplicidad de criterios poco comprensibles y finalmente poco motivadores. Por
supuesto, es importante también que sea aplicada al conjunto de los empleados y
no solamente a unos (los comerciales, los key people, los directivos u otros).
No es suficiente tenerla. También importa compartirla con los
implicados y saberla adaptar en los momentos claves de la empresa: una fusión,
un cambio de estrategia, …
Si no tenemos claros estos tres puntos clave, es muy
probable que la remuneración no sea un incentivo para los empleados y, peor, puede ser vivida cómo una frustración o fomentar ineficiencias internas.
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