Por Silvia Estrems
Anécdota interesante recogida en una ponencia de Patrick
Renvoise.
Patrick (que vive a los Estados Unidos y es experto en ventas) nos contó cómo había ayudado a una persona
que pedía dinero en la calle, justo delante de la entrada de un restaurante al que fue a cenar, a incrementar su éxito.
El hombre tenia, desafortunadamente, el típico cartel con el escrito “HOMELESS, please help” – SIN TECHO, por favor ayuda. Patrick se interesó por él y, según la propia persona, con este cartel lograba obtener aproximadamente unos 4-5
$ por hora.
Patrick le propuso otro mensaje en el cartel: “what if YOU were hungry” – y si USTED tuviese hambre. Con este
nuevo cartel, el hombre logró recoger unos 40$ por hora, para su sorpresa y posterior agradecimiento con Patrick.
Interesante anécdota, por que ilustra muy bien la diferencia
entre hablar de nosotros y hablar de nuestro interlocutor. El resultado es mucho mejor si le implicamos (“YOU”), si le ponemos en situación, si
recordamos sus problemas / dolores... en lugar de hablar de nuestro problema, nuestro dolor, nuestra situación.
Ocurre lo mismo cuando queremos presentar nuestra empresa,
nuestra propuesta de servicios o nuestra oferta. Vamos a tener mucho más
impacto si hablamos primero de la situación del cliente o del mercado y luego
(y solo luego) exponemos nuestros puntos fuertes que responden a la situación y
se diferencian de la competencia.
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