Por Silvia Estrems.
La teoría de los mundos nos ayuda a determinar de qué mundo somos: inspiración, domestico, opinión,
cívico, mercantil o industrial.
El mundo es un
concepto muy coherente, donde todo se aguanta; grandeza, expresión
colectiva, reconocimiento y modalidad de convicción. El precio a pagar es
aquello a lo que tienes que renunciar (o en lo que debes invertir) para formar
parte de un mundo determinado.
Para detectar el
precio a pagar podemos preguntar: ¿Qué sacrificio hay que hacer? ¿A qué hay que
renunciar para ser de este mundo? ¿A qué estamos dispuestos para pertenecer a
él?
Hacer esta pregunta
permite entender a qué mundo corresponde nuestro interlocutor y por lo tanto
puede facilitar nuestra interacción con él.
Por ejemplo:
- un artista del mundo inspiración busca la evasión de las costumbres,
- una persona del mundo doméstico rechaza el egoísmo,
- la estrella que vive en el mundo de los famosos (mundo opinión) debe renunciar al anonimato, al secreto,
- el representante del mundo cívico renuncia a lo particular y favorece lo colectivo,
- una persona del mundo mercantil renuncia a la atención a los demás y prioriza el oportunismo,
- el profesional del mundo industrial renuncia a la facilidad, debe progresar.
Estos ejemplos nos
pueden dar pistas de cómo descifrar las respuestas que podemos obtener y poco a poco
aprender a detectar el mundo de nuestro interlocutor con el precio a pagar.
Os animo a
practicar.
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