Sabemos que la fórmula universal que permite superar la resistencia a cambiar es U x V x A > R
La urgencia de cambiar – el primer factor de la fórmula – merece una atención particular. No es suficiente con tener una estrategia marcada, saber exactamente cuál es el mundo a donde se quiere ir y tener definidas las pasarelas que permitan pasar del mundo actual al mundo deseado para tener éxito en el cambio.
De hecho, nada o poco se va ha conseguir si no hay urgencia de cambiar.
La urgencia es un factor muy complejo de trabajar.
Desde un punto de vista genérico, podemos destacar que la sensación de urgencia se va atenuando con el tiempo en nuestros mundos de confort. Por ejemplo, todos seguramente hemos vivido una alerta por incendio en un edificio ya sea en una empresa o en un centro comercial. Las palabras que se usan para evacuar, las formas, la rapidez... no denotan para nada pánico o urgencia. Tienen que ocurrir catástrofes significativas (naturales o no) para que tomemos conciencia que puede ser necesario la urgencia de actuar.
Es lo mismo para cualquier cambio en una empresa u otras organizaciones: Si no cambiar no genera ninguna consecuencia negativa para nosotros individualmente ¿por qué vamos a cambiar?
Quizás hemos vivido situaciones donde la Dirección nos pedía cambiar de forma de actuar, por ejemplo, para seguir un nuevo proceso / método, para ser más eficientes o para dar más resultados. ¿Que ha ocurrrido en esas situaciones, habitualmente? Puede que hayamos mostrado interés, en ciertos casos nos hemos incluso implicado, pero, en la gran mayoría de veces, habremos hecho poco para realmente cambiar nuestras prácticas de forma duradera. La razón es sencilla: si no es urgente cambiar, ¿porqué lo vamos a hacer?
En muchas organizaciones y empresas no cambiar no va a significar que vamos a perder nuestro trabajo. El que si puede perderlo, puede ser el jefe o la dirección. Si no hay urgencia de cambiar, la probabilidad de éxito de cualquier cambio será mínimo. ¿Cómo debemos trabajar este factor?
En ciertos sectores pueden ocurrir consecuencias cómo perder la actividad, perder el cliente, no tener bonus o variable, que la empresa u actividad sea vendida, deslocalizada o fusionada, que al final nuestro trabajo ya no exista como hasta entonces... En otros sectores estas palancas de cambio son menos concretas: ¿se puede perder el trabajo en el sector público, por ejemplo? Quizás no se puede perder, pero las condiciones pueden llegar a ser más duras hasta ser de una cierta forma insostenible. O si estamos en un sector donde todo va bien pero donde el objetivo es cambiar para ganar más, ¿cómo podemos transmitir la urgencia de cambiar? ¿Nos debemos quedar solo en dar ganas de cambiar? (ver el caso de un banco que quería crecer)
Recomiendo dedicar un tiempo, en el inicio de cualquier proceso de cambio, para trabajar el factor urgencia, sin complacencia, con las personas que deberán cambiar o impulsar el cambio.
¿O debemos esperar una catástrofe para ser conscientes de la urgencia de cambiar?
En ciertos sectores pueden ocurrir consecuencias cómo perder la actividad, perder el cliente, no tener bonus o variable, que la empresa u actividad sea vendida, deslocalizada o fusionada, que al final nuestro trabajo ya no exista como hasta entonces... En otros sectores estas palancas de cambio son menos concretas: ¿se puede perder el trabajo en el sector público, por ejemplo? Quizás no se puede perder, pero las condiciones pueden llegar a ser más duras hasta ser de una cierta forma insostenible. O si estamos en un sector donde todo va bien pero donde el objetivo es cambiar para ganar más, ¿cómo podemos transmitir la urgencia de cambiar? ¿Nos debemos quedar solo en dar ganas de cambiar? (ver el caso de un banco que quería crecer)
Recomiendo dedicar un tiempo, en el inicio de cualquier proceso de cambio, para trabajar el factor urgencia, sin complacencia, con las personas que deberán cambiar o impulsar el cambio.
¿O debemos esperar una catástrofe para ser conscientes de la urgencia de cambiar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario