Por Silvia Estrems.
La fijación del precio es una de
las dificultades que a menudo tenemos que superar: precio de un servicio,
precio de un producto.
Muchas empresas lo resuelven dando
instrucciones de cómo calcularlo en
función del coste del servicio o del producto (coste directo e indirecto) más el
margen esperado. Por lo tanto en este caso la libertad del vendedor se limita a
negociar el margen. Un riesgo importante para dichas empresas es que los
clientes pidan reducciones de precio significativas y que en consecuencia
vendan sin margen o incluso con pérdidas.
Otras empresas están
experimentando compartir los riesgos con el cliente y ofrecer un servicio
totalmente a variable: el precio será en función del resultado obtenido o del uso. Requiere por parte de la empresa una capacidad de financiación
significativa al inicio y la certeza que se van a obtener resultados.
En ambos casos, existe una forma
de definir un precio que permite separar totalmente (o casi) el precio que
vamos a aplicar del precio relacionado al coste de provisión del servicio o
producto.
Esta forma de hacer se sustenta en
la aplicación rigurosa del método de venta compleja. En este método, el precio se determina al inicio del proceso de venta, en fase
1 de cristalización de la idea.
Recordar que el objetivo de esta
fase es acordar una solución con el cliente que tiene un dolor. ¿Cómo?
- Asegurarse que estamos con un VITO – alguien que tiene un dolor y dinero para resolverlo.
- Revelar su dolor – es decir, algo importante, urgente, complejo y con consecuencias económicas.
- Idear con el cliente una solución para su dolor.
- Acordar el precio de dicha solución en función de la magnitud del dolor que resolvemos.
- Definir los pasos siguientes.
Cuando el precio se define al
inicio de esta forma solo nos queda co-construir la solución con todos los decisores de tal forma que respondamos a todas las motivaciones y
sobretodo mitigar el riesgo que entre un competidor en el proceso.
La fase de redacción de una oferta
tiene como objetivo poner en valor la solución y no proponer un precio. Este punto disminuye de forma
significativa la probabilidad que nos pidan una reducción de precio al último momento.
Para saber más, podéis leer el libro o seguir la formación ad-hoc.
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