Por Silvia Estrems.
Recordad el concepto básico de nuestro método de Venta Compleja.
Debemos aprender a distinguir necesidad de dolor:
- a una necesidad, el comercial podrá dar una respuesta – se enfrentará a la competencia y posiblemente tendrá que competir por precio
- a un dolor, el comercial podrá dar una solución – construyendo esta solución en equipo, se desmarcará de la competencia y por lo tanto el precio ya no será un criterio de compra.
Cuando hacemos una formación del método Venta Compleja, dedicamos un día
entero a entender, reflexionar y practicar la fase sobre el dolor.
Es imprescindible aprender a detectar
el dolor de nuestro cliente para poder construir soluciones que sólo nosotros
podremos vender. Pero no es suficiente.
En el proceso de compra de una solución, del
lado del cliente van a participar múltiples decisores, cada uno con sus
necesidades. Todo el trabajo del comercial en esta etapa de la venta va a
consistir en detectar quién va a participar en la decisión de compra de la
solución y con cada uno tener entrevistas para entender sus necesidades.
Evidentemente, esto es un trabajo que el comercial no puede hacer sólo – ¿quién
mejor que un técnico podrá entender las necesidades de un decisor técnico? Por
ejemplo, recomiendo poner al financiero de nuestra empresa a hablar con el director financiero del cliente.
Es imprescindible aprender a detectar
las necesidades de todos los interlocutores que van a participar a la decisión
para poder construir una solución para el dolor detectado. Pero no es suficiente.
Todo el arte de un buen vendedor de soluciones
en el mundo de la venta compleja es influenciar sus interlocutores para
co-construir una solución que sea diferenciadora de la competencia. Luego, será
imprescindible también saber redactar una oferta ganadora.
Para saber más sobre cómo triunfar al hora de
vender soluciones, os animo a leer el libro de la venta compleja o a pedir una
formación sobre ella.
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