Por Silvia Estrems
Etapa 1: Definir el objetivo para construir una comunicación eficaz
Se trata de identificar lo que se quiere obtener finalmente comunicando, más allá de simplemente informar o comunicar.
Por ejemplo:
- Conseguir una entrevista (ver mi post sobre un CV eficiente)
- Ganar el cliente para tener una referencia suplementaria en su sector
- Convencer que una campaña de publicidad institucional aumentaría en un 50% los éxitos de sus reclutamientos
- Obtener conocimiento sobre un nuevo negocio
- Vender el libro la venta compleja
- ...
La manera más eficaz de definir el objetivo es escribirlo después de juzgarlo (¿por qué es mi objetivo?) y, finalmente, conservarlo a mano durante el resto de la reflexión.
Se trata de nuestro objetivo personal, no es explícito, generalmente, dentro del contenido de la comunicación.
Etapa 2: Aclarar a quien se dirige la comunicación para ajustar el tiro
Se trata de personalizar al destinatario y de darle una cara: no se trata a menudo del único destinatario de la comunicación sino también de su superior o de un comité de dirección (y por lo tanto de cada uno de sus miembros), por ejemplo.
Entonces, se trata de situar al destinatario (cada una de las personas) con respecto a nuestro objetivo:
- ¿Quién?
- ¿Qué sabe sobre el asunto?
- ¿Cuáles son sus motivaciones con respecto a nuestro objetivo? (ej. de motivación: seré valorado, aquello me hará ganar tiempo, no sé como hacer...)
- ¿Cuáles son sus reticencias con respecto a nuestro objetivo? (ej. de reticencia: es caro, aquello toma tiempo, quería hacerlo yo mismo, aquello lo valorará a él y yo no lo quiero, es un riesgo para mí...)
Os animo a practicar y hacer-me llegar vuestros comentarios sobre los resultados obtenidos.
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