lunes, 14 de febrero de 2011

El mundo deseado de Martín Berasategui: desplegar los puentes

Post original, de una serie de 4, por Laurent Dugas en Les Mondes de Pval.

El primer puente para Martín Berasategui es, sin duda, su espíritu emprendedor que le llevó con menos de 20 años a solicitar un préstamo bancario para abrir su primer restaurante, Bodegón Alejandro.

Necesitaba un aval bancario. Todos sus interlocutores le remitían a su padre y su madre. Con modestia, respondía: "No quiero molestarles". Un pastor de Igueldo, Eusebio, que le vende ensaladas, quesos y tomates, le preguntó qué le pasaba, descubrió su problema y depositó inmediatamente el aval. Aquí inicia la carrera, y no se detendrá. Martín Berasategui ha aprendido la lección y contribuye activamente a la aparición de nuevos talentos como el Mugaritz. Ha abierto muchos restaurantes que más tarde ha traspasado a jóvenes chefs para que vuelen con sus propia alas: "Pero, ¿quién va a tener éxito en este país, si nadie te da una mano?"


Otro puente es la importancia del equipo.

El de su restaurante, presenta con orgullo a los hombres y mujeres clave, pero también el de los agricultores, carniceros, buscadores de setas. Él les trata como a su propio equipo: "Tenemos que tener en cuenta a los productores”. Se asegura de tener siempre las mejores materias primas. Para él, el equipo es una legión de entusiastas, guiados por un objetivo claro: ".Dejar al cliente KO de puro disfrute, orden y acción"

Por último, el puente “banco de pruebas”.

Este banco de pruebas es un verdadero puente que organiza los proceses creativos, la I + D de Martín. Si, como en todo gran restaurante el cuarteto entrantes, pescados, platos de fondo, postres se cumple, Martín añade el banco de pruebas que es su laboratorio, lo que le ha permitido experimentar cada día durante treinta y cinco años. Le aporta una seriedad, una disciplina y un rigor impresionantes. Detrás de cada detalle de cada nueva receta formalizada, se ha trabajado mucho. Cada éxito encarna un estudio, una inversión personal y el trabajo de todo un equipo.

A través de este ejemplo de los chefs como creadores de Mundos, hemos querido demostrar que cada profesión, cada persona en su ámbito de actividad, profesionales o no, tiene capacidad para sacar partido de su entorno para construir un Mundo, su Mundo.

Creemos que este Mundo deseado es un éxito si, y sólo si, otras personas quieren pertenecer a él, entrar en él. Para ello, debemos pensar y actuar: diseñar y desplegar puentes eficaces y duraderos.

Para finalizar, ¡lo mejor es sin duda que si pasas por San Sebastián te pares en “chez” Martin!

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