Post original en francés de Laurent Dugas, de una serie de 4, en Les Mondes de Pval.
Diseñar el Mundo deseado.
Sin duda, es lo que diferencia a un chef de un gran chef. El gran chef se las ingenia para crear un estilo reconocible, una expresión personal que satisfaga a los clientes y sea reconocido por los críticos y los colegas de profesión. Crea un Mundo a su semejanza. Es difícil describir con palabras lo que es físico, por definición.
Oigamos a Martín Berasategui: "La buena cocina, la que se escribe en letras mayúsculas, no es propiedad de nadie: pertenece a todos los que trabajan detrás de los fogones desde la eternidad..."
Sus atrevidas creaciones combinan bombones de queso de Carabaña, endivia, jugo de cebolla roja y careta de cerdo, o pichón de Araiz asado, pasta fresca con setas, cebollas y toques de crema trufada.
El Mundo de Martín es también un Mundo de humildad, en el que el reconocimiento viene del que almuerza en su restaurante más que de los críticos o colegas. Se trata de una grandeza que nace de la duda permanente: "Cuanto más avanzamos, más caminamos a ciegas, sin respuesta”. Es mejorar cada plato para el servicio siguiente.
En cuanto a sus relaciones con el entorno, es la fe en el trabajo en equipo que le define mejor: un grupo de personas organizado para la investigación y para prestar un servicio.
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